Hoy el universo de la moda se interpela a sí mismo, cómo adaptarse y construir contenidos y productos significativos y relevantes es la encrucijada a resolver, qué camino tomar hacia escenarios imprevisibles.
texto de ESTER IBARGUREN
Convocamos a directoras creativas que nos clarifican desde qué lugar están pensando habilitar nuevos sentidos en sus propuestas de marca. La necesidad de redefinirse se ha presentado de forma imperiosa e ineludible:
“Dentro de mi experiencia hace tiempo que vengo con un cambio personal, la marca es claramente una expresión personal, en mi caso. Vengo procesando un cambio interno, no solo potenciar la venta de moda o ropa, sino que queremos brindar una experiencia, que hasta ahora lo veníamos canalizando principalmente en el showroom, ahora eso se revirtió. El foco nuestro está en el consumo de una prenda que no solo es una prenda, sino una declaración, sentirse bien, verse bien y mostrar algo nuestro a partir de ella. Queremos plantear un consumo responsable, que esa experiencia se vuelva más personal, y encontrarle una segunda vida a los productos” nos cuenta Jimena, directora creativa de María Páez.
Victoria de Real comenta que su plan venía gestándose: “Quiero irme un poquito hacia atrás, yo tenía una visión que quería plasmar este año en Real, y tenía que ver, más allá del producto en sí, con maneras de consumir, con hábitos de consumo. Veníamos planteando desde la primera temporada, desde que arrancamos, la idea de consumir de una manera más inteligente, comprar mejor, menos cosas, de mayor versatilidad”. Este gesto es adoptado también por María Paz Racana, directora creativa de Lebonne boutique: “Siento que todos deberíamos ser conscientes de esta nueva realidad y de que las necesidades van a cambiar hacia un consumo más respetuoso, más coherente, más simple y en ese sentido creo que las marcas tendremos que ir reconfigurándonos para proponer colecciones que tengan que ver con prendas nobles, con no buscar ese consumismo desmedido de colecciones enormes”.
La experiencia virtual puede tener millones de expresiones y manifestaciones, la forma en que cada marca elija cómo va a conectarse con sus consumidores es la clave. María Paz de Lebonne boutique.

Los criterios afines van más allá en lo que parece ser el fenómeno que va caracterizar los nuevos destinos del consumo de moda: las diseñadoras nos hablan de conceptos que se han vuelto prioritarios, nos preguntamos si pueden anticipar nuevos comportamientos de consumo para un universo que ya venía planteando crisis en sus paradigmas, para la directora creativa de María Paez “hay una revalorización de los productos bien confeccionados, de calidad, que no se reemplacen todo el tiempo. Hay dos apuestas muy importantes: el consumo responsable y consciente y las prendas sin género, son los dos desafíos y proyecciones más importantes”. Mientras que desde la etiqueta Real plantean: “Nosotros queríamos llegar a un paso más, que es bastante arriesgado para la marca desde el lado del productor, pero creo que si queremos cambiar las cosas de raíz tenemos que plantearnos las cosas de otras manera. Tiene que ver con esto de educar a los consumidores, cambiar sus hábitos. Obviamente desde la marca siempre queríamos que consuman un montón, es lo que nos hace seguir, pero tiene que ver con la ética, con valores, con cómo nos manejamos, no solo que haces sino como lo haces, no importa cuánto ganas sino cómo lo ganas y creo que hoy en día es lo que a mí me mueve”.

En Lebonne boutique promueven la idea de que “habrá que hacer un giro hacia materiales que perduren en el tiempo, que se pueda usar y usar, de pureza, de bienestar al volver hacia ese producto. La moda tiene que estar más integrada a la vida, las marcas tienen que frenar de alguna forma esta velocidad totalmente descontrolada de correr detrás de las fechas, de las colecciones, de presentar el producto primero y antes donde tenés en julio una prenda colgada de pleno verano y esa vorágine de tiempo y de relojes tiene que de algún modo cambiar de fórmula, ser coherente, tiene que acompañar, ser más respetuosa de los tiempos de los consumidores. Colecciones ligadas a otros objetivos no solo a lo financiero y comercial”.
Repasar estrategias no parece ser solo el camino recomendado, sino el obvio en el marco de escenarios futuros de incertidumbre, y en esa búsqueda está presente no solo el modo de relacionarse virtualmente, que llegó para quedarse, sino la recuperación de aspectos más humanos: “El contacto físico y la experiencia viva se van atesorar más. Buscar un eje personal y respetarse en la elección que se hace será el futuro del consumo” sostiene Jimena Grossi.

“Salir de la alteración y la ansiedad del consumo de los SALE donde se compra por impulso quitar ese estrés al cliente.” Afirma Victoria.
